El último domingo en Tokio fuí al Tokyo Indi Fest. Era la primera vez que iba a un evento de este tipo y tampoco tenía muchas expectativas. Con poder jugar a unos cuantos juegos interesantes me habría dado por satisfecho, pero la verdad es que me sentí decepcionado con el evento. El local no era muy grande, lo que ya limitaba el número de desarrolladores, y alrededor de la mitad de ellos presentaban juegos para móvil, que despiertan muy poco interés en mi. El resto de juegos tenían poca variedad, y la calidad dejaba bastante que desear. No probé ni un juego que me interesara lo suficiente como para seguir su desarrollo.
Este podría haber sido un día decepcionante si no fuera porque al salir del evento nos encontramos con un festival japonés Matsuri en Akihabara en pleno apogeo. Mi primera vez presenciando un festival típico japonés, y fue algo completamente fortuito. La verdad es que han habido unos cuantos momentos de suerte en este viaje.
Se me escapan algunos de los detalles de como funciona el festival, pero básicamente cada grupo que va uniformado con los mismos colores realiza una procesión en la que transportan unos palanquines llamados Mikoshi sobre los hombros. Aparte del ambiente festivo, también era una gozada poder pasearse por el centro de la calle principal de Akihabara que estaba cortada al tráfico.
La procesión continuaba hasta un templo cercano donde imagino harían algún tipo de ofrenda, pero como se puede apreciar en las fotos, era imposible acercarse.
A la vuelta me encontré con esta exhibición de percusión que me resulto espectacular. La foto no le hace justicia.