Mucho se ha hablado de la Xbox ONE estos días, en gran parte debido a lo vagas y contradictorias que han sido las declaraciones de Microsoft tras la presentación de la consola el pasado 21 de mayo. Tres son los grandes puntos que se están debatiendo: que Kinect tenga que estar siempre funcionando y escuchando, la conexión cada 24 horas de la consola para poder jugar, y las restricciones que pondrá a los usuario a la hora de usar juegos de segunda mano.
El tema de Kinect es el que menos me preocupa. Yo creo que gracias a Kinect (o PlayStation 4 Eye en la consola de Sony) se pueden crear nuevas experiencias en los juegos. Pero los desarrolladores solo se van a molestar en estas funcionalidades si hay garantía de que todos los usuarios tendrán estos periféricos. ¿Problemas de privacidad? Tal vez. Pero en el peor de los casos, siempre puedes meter el Kinect en un cajón mientras sigue conectado a la consola, y ahí ni verá ni escuchará nada.
Para mi, los grandes problemas son los otros dos puntos.
¿Conexión cada 24 horas para poder jugar? Supongamos estos escenarios:
- Nos vamos a pasar la nochevieja a una casa rural ¿nos llevamos la Xbox ONE? No. No funcionará.
- Me cambio de compañía de internet, y el cambio me deja una semana sin conexión. Una semana sin jugar.
- Me mudo a mi nueva casa, y me cuesta un mes tener internet. Un mes sin jugar.
- ¿Puedo hacer una Lan Party con mis amigos en el chalet? No. No funcionará.
- Dentro de 10 años, sacaré la Xbox ONE del armario para echar unas partidas a ese juego que tanto me gustó…. No. Los servidores estarán ya apagados. No funcionará.
Y estos son ejemplos pensados en 5 minutos. Seguro que hay muchos más casos en los que la gente directamente no podrá jugar.
En cuanto al tema de los juegos de segunda mano, os cuento un poco mi historia con las consolas:
Megadrive: Me la regalaron mis padres, por lo que no fue elección mía. Los juegos eran caros y mis amigos tenían la Super Nintendo, por lo que jugué a pocos juegos en ella.
PlayStation: Esta me la compré yo. Mis amigos la tenían, y nada más comprármela me dejaron un montón de juegos. Después me fui comprando algunos juegos y los fui prestando. Al final pude jugar a más juegos de los que me podría haber permitido comprar.
GameCube: Un amigo la tenía y por eso la compré. Pudimos comprar juegos a medias, y nos prestamos los juegos que teníamos. Jugué incluso a mas juegos que en la Play 1.
Xbox 360: Casi todos mis amigos se la compraron. Me dejaron muchísimos juegos y yo presté muchos de los mios. Sin duda la consola en la que más juegos he jugado.
Y llegamos a la Xbox ONE. Te comprarás la consola, te comprarás 1 o 2 juegos, y cuando te los acabes, ¿que harás? Tus amigos no te podrán prestar juegos, tu no podrás prestarle juegos a tus amigos. Sin duda está se convertirá en la consola en la que menos juegos vas a jugar.
Mañana es la conferencia del Microsoft en el E3, y la verdad es que no creo que puedan hacer nada que me convenza para comprarla. Da igual que los 15 juegos exclusivos que van a anunciar sean los mejores juegos de la historia, que lo dudo, si no se los puedo prestar a un amigo, si un amigo no me los puede prestar, esta consola no me interesa.
¡Que se hundan! Que vean que este tipo de practicas no van a ser toleradas por los usuario y que cambien el modelo de negocio. Que todo vuelva a ser sencillo. Que un amigo me deje un juego, yo llegue a casa, lo meta en la consola, me siente en el sofá, y pueda empezar a jugarlo.
Por último, un mensaje a Sony. Tienes todas las papeletas para que te compre una PlayStation4. No seas como Microsoft. No desperdicies esta oportunidad de volver a reinar.
Mañana lunes saldremos de dudas.